Estamos en vísperas de disputar uno de los partidos mas importantes de nuestra historia en Primera Division cuando el próximo sábado en el estadio de San Nicolas enfrentemos a Godoy Cruz para disputar una de las semifinales de las Copa de la Liga.
Y para llegar a una instancia tan avanzada en la definición de un torneo tuvieron que pasar apenas 56 años.
La vez anterior fue cuando en la cancha de Boca el inolvidable equipo de
Labruna de 1967 enfrentaba al Estudiantes de La Plata de Zubeldia y Bilardo que a partir de esa noche escribió sus paginas mas gloriosas.
Algun sector del periodismo intento encontrar alguna coincidencia entre las dos instancias y saco a la luz que aquel Platense era dirigido por el máximo goleador de River y este por el máximo artillero de Boca como lo es Palermo.
Pero, lo cierto es que ambos equipos son absolutamente disimiles en caracteristicas y estilo.
Es el dia de hoy que a los Calamares mas veteranos aun nos duele aquella noche en la Bombonera por como se iba dando aquel partido, por la ventaja parcial que se había conseguido con los dos golazos de Bulla que hicieron delirar a las dos bandejas colmadas con gente calamar y por lo identificada que estaba toda la parcialidad con aquel equipo cuya delantera aun hoy se recita de memoria al mencionar a Miranda Muggione Bulla Subiat y Medina aunque aquella noche jugo Lavezzi por Miranda.
Lo cierto es que aquel equipo dejo un recuerdo imborrable por su juego vistoso, su estilo ofensivo y atildado pero también por el sabor amargo que quedo tras ese match definitorio.
Y tuvieron que pasar 56 años para que otro equipo calamar, esta vez conducido por Palermo llegue a disputar una instancia similar.
A diferencia de aquel este no tiene grandísimos jugadores, pocos podrían recitar un equipo titular inamovible debido a los continuos cambios que hace el entrenador y cuyo principal objetivo se baso en la salvación del descenso cosa que consiguió en forma bastante holgada pero sin brillo
Pero aun asi, si de aquella banda de Labruna que parecía que tenia todo servido en bandeja y que había logrado enamorar de tal manera a los hinchas no se pudo obtener nada, esperamos que de este, cuestionado durante largos pasajes del torneo, subestimado en algunos pasajes por ciertos rivales, pero incansable en su tenacidad y perseverancia para no doblegarse, se pueda dar la enorme sorpresa a la “ Catedra” en general que ni nos considera y manteniendo la unión del plantel y su fuerza interior sea el primero en regalarnos la alegría máxima que cualquier Calamar de pura cepa siempre aspiro a obtener.
Hay que acompañar y alentar a estos muchachos que, aun con tan poco son capaces de conseguir tanto, seguramente mucho mas aun de lo que cualquier hincha de Platense jamás imagino.
Vamos, a por ello, como dirían los españoles!