Este 6/11/2020 es el aniversario numero 19 de la constitucion de este Movimiento.
Muchas veces hemos ya contado que nuestro nacimiento se dio como la necesidad de participacion de un grupo de socios que veíamos como nos estaban sacando la escencia de lo que mamamos desde chicos, algo conocido como Platense.
Fueron días de grave crisis nacional con toque de queda en épocas de democracia y de gerenciamiento a nivel calamar lo que motivo en un arranque de rebeldía que estos socios decidiéramos nuclearnos y resistir desde los hechos y con la palabra a todo lo que veíamos y no nos gustaba
Mucho tiempo paso desde aquellos momentos a hoy. Incluso esta actual
pandemia que provoco algo que que jamás en la historia nos habia pasado, que estuviésemos tantos días sin ver a un equipo calamar en alguna cancha.
Solemos celebrar nuestro aniversario cada año mediante una reunión regada de recuerdos, algo que, por respeto a las medidas de prevención y aislamiento, tampoco podremos hacer en esta oportunidad.
Por eso, decidimos dejar por escrito, algunas vivencias que, seguramente hubieran surgido en los relatos de la mesa de camaradería que habriamos celebrado.
Todas, y cada una, tienen protagonistas propios y son estrictamente reales, pero preferimos obviar los nombres, para resaltar lo colectivo. Estan atravesadas por distintas épocas, situaciones y pareceres, pero a todos nos emparenta ese sentimiento indestructible que nos hace hinchas de Platense e integrantes del Movimiento Siglo XXI.
Para mostrar desde donde provienen nuestras raíces calamares y como compartimos una manera de sentir, disfrutar y sufrir por nuestro Calamar.
A continuación, las compartiremos con nuestros lectores, sabiendo que seguramente, muchos de ellos tendrán otras, tanto o mas deliciosas, y, que también serán caracteristicas de este Sentimiento.
Que las disfruten:
1) Un triste viaje a Rosario
En el dia de la Madre del 81 Platense tuvo que jugar con Newells en Rosario. Y un dia antes a mi papa le había dado un ACV, dejándolo muy grave. Nadie de mis conocidos ni amigos iban a ir, justamente para quedarse en familia. Pero en mi casa no había animo para nada obviamente. No podía soportarlo, por lo que a las 11 agarre el auto y me encamine hacia la ruta en busca del consuelo que solo Platense podía darme.
Yendo por Panamericana, en un puente a la altura de Escobar veo a un flaco envuelto en una bandera Marron y Blanca haciendo dedo. Le pare y le pregunte que hacia y me conto “ Vine a la casa de mi novia a pasar el Dia de la Madre, pero me agarro la desesperacion de ir a ver a Platense asi que, le dije que iba a comprar cigarrillos y aca estoy”. Lo subi diciéndole que también iba para alla y le pregunte que explicación daría por lo que recibi solo un movimiento de hombros. Ese flaco, muchos lo conocerán, me dijo que le decían “Malena”. Del partido recuerdo que lo empezó ganando Newells y lo empato Oviedo y que el Mono Petti reemplazo a Martino provocándome un cimbronazo al verlo con otra camiseta enfrentando a la nuestra. El partido termino en empate siendo visto por muy poquitos calamares que habíamos ido ese dia tan especial.
Al retorno lo deje a Malena en el mismo puente donde lo había levantado y segui viaje al hospital de Vte Lopez donde me informaron que a las 17.30 hrs mi papa había fallecido ( justo al termino del partido).
Fue un dia como pocos, donde nunca sentí tantas sensaciones encontradas juntas.
2) Corresponsales eran los de antes
Este relato viene de generación en generacion siendo escuchado en mi familia y se remonta al año 1918 o por ahí cerquita.
Platense ya generaba una desconocida fascinación en los vecinos de Nuñez y su equipo era seguido de manera ferviente.
Claro que no siempre podía jugar en el recién estrenado terreno de Manuela Pedraza y Cramer, sino que también lo hacia en canchas lejanas.
Y eran épocas donde las comunicaciones no abundaban como ahora y para enterarse de las cosas había que esperar al diario del dia siguiente.
A menos que a algunos precoces calamarcitos se les ocurriera otra alternativa.
Y asi, desobedeciendo las ordenes paternas que prohibían ir a ver a esos muchachotes jugar un partido en las lejanías, los hermanos mayores de una familia avida de conocimiento se llevaban varias palomas mensajeras del palomar propio que había en la casa y, con la ayuda de algunos otros hinchas ya un poco mas mayores, se las arreglaban para llegar hasta las canchas donde se presentaba Platense.
Y a medida que iban sucediendo novedades ( goles) las iban largando con un papelito para que emprendieran el retorno a la casona de Nuñez donde no solo los hermanos menores, sino también varios vecinos, las esperaban ansiosos.
Cuando regresaban de esa aventura, no faltaban los retos y algún coscorrón del padre que se sentía desautorizado.
Pero nada lo suficientemente grave como para impedir que dentro de 15 dias y ante otra expedición a canchas remotas no se repitiera el operativo para satisfacción de los que no podían o no los dejaban viajar a seguir esa incipiente pasión.
3) Una goleada histórica con ayuda de “arriba”.
El 22/2/98 yo era muy chico, pero lo recuerdo con absoluta precisión.
No muchos días antes había fallecido mi abuelo apodado “El Rusito” y fanatico calamar.
Y con mi viejo, mantuvimos la tradición calamar y a pesar de su ausencia seguimos yendo a su casa aunque ese dia Platense enfrentara a Boca en la Bombonera.
A la hora del partido pusimos la radio en el parque donde soliamos compartir con el y empezamos a escuchar el tramite.
Que empezó favorable con un golazo del Turquito Hanuch que lo gritamos como si fuese el de la final del mundo, pues sentimos la sensación que se le podía ganar a ese Boca repleto de estrellas ( Cordoba, Bermudez Caniggia el mellizo Schelotto) pero que, desde ese momento se convirtió en una tortura desde el relato.
Pero nosotros intuíamos que ante cada salvada de Cancelarich había estado la mano del Rusito ayudándolo. Que por cada cruce de Moner, mi abuelo lo había acompañado.
Los racionales diran que eso es incomprobable y hasta poco cierto. Pero será lo que dicen ellos y no, lo que creíamos mi viejo y yo.
Las invocaciones al Abuelo se hicieron repetidas y desesperadas, y siempre surgia una atajada, un cruce o un quite que impedía el gol xeneize.
Y no falto, una prueba mas de la presencia del Rusito en ese dia. Cuando faltaba muy poco y, nada lo hacia presumir, un desborde de Alegre termino en gol de Godoy que además estaba en posición adelantada para todos menos para Ruscio que lo convalido ( nos daban un gol en Off Side contra Boca en el Bombonera!!). Lo gritamos con desesperación casi.
Poco después mientras nuestras lagrimas caian, el Turquito saco a relucir toda su cintura y dejo desparramado a Cordoba en el tercero. Y el broche lo puso, como no podía ser de otra manera, El Rusito, pero esta vez Sponton con una hermosa “vaselina” para sellar un resultado histórico.
Algunos hablaran de casualidad, pero yo se, que ese gol y ese triunfo en general, lo consiguió, mi abuelo
Y al que quiera refutarlo, ni se gaste, porque no se lo creo.
4) De lunes a viernes vendedores, sábado futbolistas.
Corria el año 1960 y mi papa tenia tres locales alquilados en plena Galeria Belgrano en Cabildo y Sucre en sociedad con el dirigente R Merzari que se dedicaban a la venta de artículos del Hogar y venta de Peces para acuarios.
Yo transcurría la pre adolescencia y cuando terminaban las clases solia ir a “trabajar” para juntar unos pesos y poder ir unos días de vacaciones.
Pero mas alla de la motivación económica, mi interés radicaba también en poder compartir ese rato con dos empleados que, además jugaban en el primer equipo de Platense. Se trataba del marcador de punta, salteño R Rojas y del arquero recién llegado de Bahia Blanca E Topini.
En esa época jugábamos los sabados en la dura Primera B y cada lunes en las dos primeras horas laborales, el tema excluyente eran las incidencias del ultimo partido.
No exentas de algunos reproches entre los futbolistas por algún gol recibido y comentarios graciosos de vestuario.
Si bien gozaban de cierta flexibilidad horaria para ir a entrenar por la tarde, eran tratados luego como dos empleados comunes mas alla de su condición de futbolistas.
Y en el local de venta de peces ya surgia la atenta mirada del futuro intendente del club De Carollis.
Imborrables momentos vividos con “compañeros” de lunes a viernes y futbolistas los sabados con quienes además, compartíamos algunas empanadas al retorno de los partidos en la Sede de Nuñez.
Otra época, otra manera de asumir “el profesionalismo” pero la misma pasión.
5) El Mono justifico todo lo previo
Existen momentos que solo adquieren su real dimensión con el paso del tiempo, cuando se convierten en recuerdos y se expresan con la magnitud de lo que significaron.
Y este ocurrió en el lejano 1975 donde Platense gozo de un equipo que, a pesar de jugar en una Primera B y no haber conseguido el ascenso perdura en la memoria de aquellos que tuvimos la dicha de poder verlo.
Por lo que se identificaba con la hinchada, por lo que exponía en el campo de juego y por haber contado con dos jugadores excepcionales entre varios otros que hicieron una dupla inolvidable y brindaron momentos de excelencia. Nos referimos a Forgues y el Mono Petti
Y dentro de aquella campaña hubo un partido que permanece inalterable en la memoria de los calamares.
Nos referimos al que hubo que disputar en el imposible Francisco Urbano de Moron.
Conocida es la rivalidad que hay entre ambas hinchadas pero mas se reflejaba por aquellos años.
Que comenzó apenas llegado el micro de la hinchada ( uno naranja de transporte escolar) que al ser dejado en la calle paralela a la vías, fue prendido fuego porlos locales.
Que siguió con el insolito “operativo policial” que llevo a los mas tranquilos hinchas calamares al acceso de la tribuna local, donde había sido puesta en el piso una bandera del Gallo mientras arreciaban los gritos de “ El que la pisa, muere” en tanto de afuera la policía empujaba con absoluta pasividad ante las amenazas, para que ingresaramos al estadio.
No obstante eso, y por un delgadísimo pasillo se pudo acceder con una montaña de insultos y escupitajos encima, para ir hacia la tribuna visitante.
Y bajo esas condiciones y clima, el equipo salió a defender los colores. Y los hinchas a darle el apoyo desde el cemento.
De mas esta decir que fue un partido durísimo con un arbitro localista influenciado por los alaridos locales que reclamaban cualquier cosa.
Pero lo que todo el entorno no pudo impedir fue que el Mono recurriera a su gracia y habilidad y evitando patadones, agarrones y zancadillas, dejara un tendal de “gallitos “ por el piso y eludiera hasta al arquero para convertir uno de los goles mas hermosos que recordemos, comparable solo con el que le hizo a Chacarita por el Petit Torneo del Descenso.
Mas de diez años después se definió como “Maradoniano” a los goles hermosos. Pero nosotros podemos asegurar que el que logro Diego en el Mundial 86 bien pudo ser definido como un gol “Pettiano”
A la barbarie se la derroto con futbol.
Haber vivido ese momento único e irrepetible valio la pena de todo lo padecido anteriormente. Y hasta lo que vino después, cuando el Loco Mazzini se subió al alambrado para agarrar los trapos y los bombos de la hinchada que no tenia en que volver a Vicente Lopez. La salida mereceria otro capitulo aparte y no vamos a narrarla aunque muchos la imaginaran..
Pero nos fuimos con el inmenso orgullo de sentirnos calamares. Por guapòs, aguantadores, valientes, pero además, con los ojos llenos de futbol brindado por un exquisito como lo fue el Mono.
6) El Obelisco como punto de encuentro
Uno de mis primeros recuerdos como hincha de Platense se remontan a la noche del 13/7 /76 en la cancha de Velez cuando derrotamos a V Dalmine y conseguimos el ascenso que parecía que seria de Lanus.
Del partido conservo recuerdos difusos pero mantengo nítida la imagen de mi padre, habitualmente sobrio y mesurado, enajenado subido al alambrado gritando “ Platense Carajo” tras haberme soltado la mano, cosa que nunca hacia. Y sus intentos hasta poder acceder al campo de juego para dar la vuelta olímpica previo saludo al entonces presidente Schaffer.
Unos días después ( el partido fue un martes, y supongo que habrá sido el Domingo) se organizo una caravana al obelisco para festejar el ascenso que mereció la atención de los medios que lo transmitieron en los noticieros, en unos días en que no se permitían manifestaciones masivas y populares.
Y ahí si, me recuerdo a mi mismo, con medio cuerpo fuera de la ventanilla gritando “ Dale Campeón” compartiendo con personas que jamás había visto.
El tiempo transcurrió y nos llevo al 17/5 /2018 a la cancha de Lanus donde otra vez, conseguimos un ascenso. Y no cuento el del 2006 ya que por motivos laborales y ser dia de semana no pude estar presente.
Pero decía, al volver de la cancha del Granate y detenernos junto a una muchedumbre para festejar en el Obelisco, me devolvió inmediatamente a aquel recuerdo del 76. Claro que, ya no estaba festejando con mi papa, sino que lo hacia con mi hijo.
Y conclui que, la vida es eso que pasa mientras se hacen caravanas al Obelisco para festejar ascensos de Platense. Con una pasión que recibi de mi padre y se la transmiti a mi hijo.
Y no esta mal que asi, sea,. No, para nada esta mal. Esta muy bien. Y ojala se repita pronto.
7) La felicidad tenia la cara del Tio Fon
Me resulta imposible no relacionar algún recuerdo de Platense con mi infancia, y la mayoría fueron vividos en la querida cancha de Manuela Pedraza y Cramer.
Yo tenia un tio, se llamaba Alfonso, pero por esos caprichos de los amigos, le suprimieron el “Al” y también el “So”, por lo que le quedo Fon.
Tio Fon
Ferviente hincha de Platense, con el vivi las cosas mas lindas, entre ellas los dos ascensos a la A.
Y era extremadamente trabajador en herrería, actividad que le permitió comprarse una vieja camioneta a la que todos le decíamos “La Chata”.
Y todos los sabados como un ritual, cuando terminaba su jornada laboral, la limpiaba y pasaba a buscar a todos los pibes del barrio y nos llevaba a dar una vuelta en esa Chata. Eso ya era una fiesta, de una felicidad sencilla y simple.
Y como final de recorrido nos llevaba a esa Caja de Sueños que era la Cancha de Platense.
Un mundo nuevo, estruendoso, lleno de caras desconocidas pero amigables. Nos ponía en contacto con un escenario que en el resto de la semana no teníamos oportunidad de frecuentar. Asi conocimos avalanchas, fracasos, carnets rotos y algún gol calamar.
Nos puso en contacto con el Futbol, pero no con lo que jugábamos en el potrero, sino con todo el folklore, el espectáculo, el clima.
Estar en esa cancha de Manuela Pedraza y Cramer era grandioso.
Mi Tio Fon nos llevaba a una tribunita que estaba junto a la popular, cercada con una puerta y un control que impedía que ningun chico se fuera ni que ingresara nadie que no fuera de los chicos permitidos.
Y me daba $5 pesos para que me comprara una Coca y un pancho y se iba para la Popular. En el único lugar que tomaba Coca era en la cancha, en mi casa la situación económica no lo permitia.
Y asi, entre el paseo previo en Chata, el clima de cancha y los “ lujos” del pancho y la Coca mis sabados eran el sumun de la Felicidad.
Podía regalar el domingo que mi fin de semana ya estaba completo con esas cosas simples.
Que tenia a Platense como principal responsable.
Y es el dia de hoy que no puedo dejar de agradecerle tanta emoción y devoción.
Al Calamar y a mi Tio Fon.
Dos de las cosas que permanecen inalterables en mi corazón.
8) El circulo se cerro con una sonrisa
El desenlace del Torneo de la Muerte a mi me provoca un recuerdo dulce por el resultado pero una experiencia triste por no haber podido asistir al ultimo partido en cancha de Chacarita.
Yo iba siempre a la canchas con mi papa y mi hermano, siete años mayor que yo, pero en ese partido mi papa se negó rotundamente a llevarme pues tenia la intuición que algo malo podía pasar, y no, desde el resultado deportivo.
La realidad le dio la razón con el desafortunado asesinato del Turco Joffe cobardemente asesinado a la salida de la cancha en pleno festejo calamar.
Y provoco tan mala sensación en mi papa que desde ese dia, no quiso ir nunca mas a una cancha.
Mi pequeña mente infantil, no podía aceptar tal desplante, porque para mi era una situación inigualable poder asistir con el y mi hermano a ver a Platense.
Y ante su tozuda negativa mi tristeza se fue convirtiendo en una especie de espina que no podía sacarme.
Los años pasaron, y después de haber asistido con mi hermano muchas veces, comencé a ir solo, y a seguir al equipo por todos lados, en las gloriosas épocas en que se podía concurrir como visitante.
Y por esas vueltas que tiene la vida, mi papa enfermo y se agravo justo para el 2/5/18.
Mi preocupación por su salud, me impidió verlo desde Lanus pero segui las alternativas desde la televisión.
Y el 3/5, en el momento que me permitieron visitarlo en su lecho de enfermo, suavemente al oído le conte que la noche anterior Platense había salido campeón.
Y a pesar de su aparente inconciencia en ese momento, tomo mi mano y esbozo una sonrisa.
Fue el ultimo gesto que le vi, ya que a la noche falleció.
Pero se que se llevo esa ultima noticia en sus oídos y a mi me permitió cerrar el circulo de aquel enojo por no acompañarme mas cuando era chico, y saber que le pude dar la ultima alegría de su vida relacionada con Nuestro Platense.
9) Casi duermo afuera
Corría el año 1984, mi hija había nacido hacía 4 días. Recuerdo como si fuera hoy la escena. Era domingo, mi esposa dolorida en cama con mi hija llorando, y además le habían dado varios puntos en el parto.
Pero que pasaba justo ése día?: JUGABA PLATENSE EN VTE LÓPEZ.
Lo último que escuché fue: “No me dejes sola con la beba…….. Ahí reaccioné y le dije: tranquila, vuelvo en un ratito”.
Ése ratito fueron 2 horas. Volví feliz por la victoria del Calamar. En casa gracias a Dios todo estaba en orden, lo único diferente que pasó fue que: “Por milagro no duermo afuera esa noche”.
Seguramente los racionales o las feministas podrán reprochar la acción.
Y tal vez, tengan razón.
Pero, los calamares de Alma también comprendemos lo que se siente y muchos, aunque les cueste reconocerlo, hubieran actuado igual-
Por lo menos, los que integramos este grupo, seguro.
10) Si buscan los 2 puntitos vayan al …..!
Era la segunda vez que pisábamos la Bombonera recientemente entrenada un año antes. El imponente estadio reventaba de publico local y, como después se convertiría en costumbre, apenas daban un espacio en la segunda bandeja para los visitantes.
Ahí estaban mi tio, el Negro Blanco con un par de amigos entre ellos Atilio, uno de los primeros “barras”.
Ese año Platense peleo el descenso con un equipo juvenil y era la primera vez que J Cozzi defendia nuestro arco en ese lugar.
Lo cierto es que ganaba Boca con comodidad ante el beneplácito local, pero Torielli lo empato y faltando dos minutos lo dio vuelta para locura de los pocos calamares presentes, que además no se pudieron expresar.
Euforicos, estos muchachos fueron a buscar un viejo convertible al que había que darle manija para que arrancara en la Avenida Almirante Brown.
Y cuando lo hizo, viendo la multitud que caminaba cabizbaja y con la vista fija en el piso, Atilio no pudo contenerse mas y les espeto “ Si buscan los dos puntitos, vayan al potrerito de Manuela Pedraza a buscarlos”.
Por suerte la denominada “empanada” arranco y tomo velocidad, que no obstante no le impidió recibir una lluvia de piedras e insultos xeneizes.
Pero asi llegaron a Saavedra, con algún bollo en la carrocería pero sanos, salvos y enormemente felices, con los dos puntos en el bolsillo propio.
Estas son algunas de las cosas que compartimos cada año o en cada encuentro.
Seguramente, cada hincha tendrá otras y propias experiencias.
Pero no deja de darnos inmensurable placer el escucharlas, imaginarlas y compartirlas.
Esperamos que a quienes las hayan leído les suceda lo mismo.
Que Sigan Los Exitos!!!