El reciente cachetazo recibido ante Riestra hizo prender las luces de alarma en el andar del equipo de Labruna.

No solo por la derrota, que en definitiva, era probable que alguna vez sucediera, sino por la forma en que se cayo, y por los interrogantes que se plantearon.

Sin embargo, en un momento en que empiezan a aparecer las

lesiones, los suspendidos y hasta algunas decepciones ( por ejemplo el nivel de las incorporaciones que se hicieron en el receso), mas que nunca los jugadores y cuerpo tecnico se deberan mentalizar para no permitir que la irregularidad tome protagonismo.

Desde que asumio Labruna, mas alla de los resultados favorables, siempre se reconocio como virtud la actitud del equipo y la propuesta ofensiva acompañada de garra y entrega.

Pues bien, eso fue precisamente lo que no sucedio en el Bajo Flores, y es lo mas preocupante.

Quedan solo 36 puntos en disputa, el torneo entro en la etapa definitoria, nunca hay partidos faciles, pero en este tramo, menos, pues los acuciados por el descenso, se juegan las ultimas chances, los que pretenden entrar al octogonal, potencian sus rendimientos y el lote de punta, no puede dejar puntos en el camino.

Y para esto, se necesita regularidad, previsibilidad en el funcionamiento y convencimiento de los protagonistas.

Asi que anhelamos que este plantel, constituido por gente de experiencia, la saque a relucir y no permita desniveles.

Solo a modo de ejemplo, pondremos las proximas 4 fechas como para semblantear lo que viene e imaginar como se puede dar el final del campeonato, donde mucho dependera de los puntos que se obtengan en estos proximos 4 partidos.

Se podra ganar o no, aunque esperamos que si. Lo que no se puede es renunciar a la actitud para hacerlo